domingo, 21 de octubre de 2012

Crítica de Looper

Que grata sorpresa me he encontrado al acudir al cine para ver una cinta que, en principio, no parecía gran cosa, y que ha sido una verdadera brillantez. Looper es una de esas cintas que merecen formar parte de la lista de grandes títulos basados en los viajes en el tiempo y las paradojas temporales, como Regreso al futuro o la misma Terminator.
Es difícil sorprenderme en este género, hay que saber contar muy bien la historia y perfilar minuciosamente cada palmo de guión para que la película resulte creíble, atractiva y sobre todo original. En contra de lo que pensaba, Looper es una de esas grandes películas que deben pasar a formar parte de ese selecto grupo de largometrajes de ciencia ficción y acción que todos tenemos en mente y como toda buena película del género, realiza una potente crítica social distanciando nuevamente en el futuro que plantea a unos pobres muy pobres y a unos ricos extremadamente ricos.
Looper es una cinta brillante, me ha sorprendido lo bien narrada que está y como la historia, de una complejidad bastante destacable, va siendo contada de forma perfecta dosificando la acción, a modo de mantener al espectador pendiente constantemente de todo lo que sucede en pantalla. Cada palabra, cada frase de guión, se hace imprescindible para poder entender el clímax de la película, para saber colocar cada pieza en su sitio y aún con lo bien expresada y rodada que está, es una de esas películas que requieren sí o sí un segundo visionado para disfrutar completamente de ella y exprimir al máximo cada detalle; en un solo pase es imposible poder apreciar de veras la originalidad del guión y lo compleja que es la historia para la sencilla forma de contarla.
La acción se sitúa en el año 2072, para entonces los viajes en el tiempo son posibles, pero han sido prohibidos y los asesinatos son rápidamente descubiertos por la tecnología de control de la época, de forma que no puede haber muertos por homicidio. Si se sucede algún viaje en el tiempo, es fundamentalmente debido a una nueva forma de delincuencia. La mafia envía su víctima al pasado, 30 años atrás, donde un sicario a sueldo denominado Looper, se deshace del cuerpo, que no existe en esa época.  Lo que pasa es que si un Looper quiere terminar su contrato con la mafia, solo puede hacerlo de una manera posible, matando a su yo futuro y cobrando por ello una cantidad que le hará vivir más que bien durante los siguientes 30 años, pero ¿Qué pasaría si el Looper deja escapar a su yo del futuro en la misma época?
Pues partiendo de esa complicada base argumental, se desarrolla el metraje de forma espléndida, con unos giros de guión sorprendentes e inesperados que combinan a la perfección con la solidez de la trama, pues todo está perfectamente hilado y la narración de los diferentes espacios temporales mantiene la coherencia durante toda la película pero sin descubrir hasta el final de la misma todo el meollo del asunto. 
El protagonista es Joe, interpretado por Josep Gordon Lewitt,  un joven dado a la mala vida que malgasta el dinero en vicios y que vive sin preocupaciones trabajando como Looper para la mafía. Me ha asombrado la interpretación de Gordon Lewitt, que calca la expresión de Bruce Willis (el Joe del futuro) y verdaderamente parece él de joven, asombroso. Uno de los atractivos de la película es la confrontación que mantienen ambos, el Joe del presente (Gordon Lewitt) está obsesionado con matar al Joe del futuro (Bruce Willis) mientras que esté busca hacer entender al primero lo equivocado que está. La batalla tan dispar que mantienen, siendo la misma persona, resulta cuanto menos curiosa.
El director Rían Johnson, consigue que el espectador no pueda decantarse por ninguno de los dos personajes, pues ambos tienen a su manera objetivos comprensibles y cierta bondad, pero a la vez cometen actos de extrema dureza para lograr sus fines, lo cual hace plantearte quien es el villano y quien es el héroe.
Además del tema de los viajes en el tiempo, la película incluye otros matices que enriquecen aún más la trama y aportan una mayor complejidad al guión. Parece ser que en ese futuro, un diez por ciento de la humanidad ha sufrido una especie de mutación genética y ha dotado a algunas personas de la capacidad de telequinesis, lo cual en el primer tramo del film parece ser un simple añadido de ciencia ficción a ese futuro que ha imaginado el director de la película, pero que al final acaba siendo algo clave para entender el argumento  y la conclusión de la cinta.
Rían Johnson, director de este producto, me ha sorprendido muy gratamente. Ha conseguido ofrecerme esa sensación que en su día busqué en aquella fallida “In Time”, que podría haberse convertido en otro gran título y que acabó sumiéndose en una cinta de tercera división por su mal desarrollo. Tengo que destacar que Looper contó con un presupuesto modesto para este tipo de producción (40 millones de dólares) y que aún con esa limitación se ha hecho un gran trabajo artístico y técnico. Puede ser que el único punto negativo se encuentre en la mitad de la cinta, cuando la acción se ralentiza un poquito, tal vez por causa del modesto presupuesto. Sea como sea, esta película es altamente recomendable, al nivel de los grandes clásicos de la ciencia ficción.
Termino añadiendo que en esta ocasión, no puedo validar mi presente crítica de forma objetiva, ya que únicamente esbozo lo que he podido apreciar en un solo visionado, es decir, esta película la tengo que ver una o dos veces más para poder disfrutarla al máximo y captar cada detalle, pues cada escena es tan importante como la anterior y no puedes perderte lo más mínimo si quieres comprender el final.
Gran sorpresa, si señor…

Nota: 9

 


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